Llegamos casi sin querer al Parque Nacional "El Leoncito".


El viaje surgió de imprevisto, lo preparamos en tres días y para Uspallata nos fuimos. 
Conocer "El Leoncito" era un anhelo que tenía pero sin mayores expectativas por el momento, "fue casi sin querer queriendo" como decía el Chavo del 8.

Nos alojamos en las afueras Uspallata, en Valle de Cielo , espero hacer la reseña del lugar que es bellísimo. Nuestra 
"auto-excursión" era desde Uspallata hacia Barreal, 115 km en total, los primeros 45 km de ripio, bueno aunque serruchado, luego asfalto impecable hasta la rotonda de ingreso al Parque Nacional, ripio nuevamente en muy buen estado.




Entramos como quien no quiere al Parque Nacional, llegamos a la oficina de Parques, nos guiaron para hacer una caminata corta, ya que queríamos seguir recorriendo.

Fue una atractiva caminata hasta la cascada "El Rincón" realmente fue un muy lindo recorrido, cortito pero muy lindo, ver agua entre tanta aridez y calor fue recreación para nuestros sentidos.


Las pocas referencias que tenía del lugar eran de un programa de TV, que conducía Mario Markic: "En el camino". Busqué la info y es de 2010 el capítulo. Aún lo recuerdo como un lugar muy lejano e inaccesible pero no por eso menos hermoso. No estaba tan errada, 9 años después y con mejores rutas, debo decir que queda en la nada misma.


La idea era hacer la visita guiada  diurna al Observatorio Astronómico CESCO, "Cacho" el investigador de turno nos recomendó entusiastamente que hiciéramos la visitar nocturna, que es más práctica, ya que esa iba a ser una noche sin luna (por lo tanto la visión iba a ser muy buena), fue en vísperas del 1º de mayo, nunca pensé que había tanta gente haciendo turismo entre semana. 
Llegamos puntual, a las 21hs estábamos ahí, no les puedo explicar el frío que hacía...Era una noche serena, sin viento y fría, como suelen serlo en la montaña. Llevaba puesta la campera técnica y ropa adecuada, menos el pantalón y el frío calaba los huesos, literal.


 


No tengo fotos de esa noche, porque ni mi cámara ni mi celu sacan buenas fotos nocturnas. Dicen que los recuerdos quedan grabados en la retina y realmente lo creo así, es una experiencia única, los sentidos a flor de piel. Se pueden ver varias constelaciones, estrellas, parte de la Vía Láctea. Esa noche instalaron tres telescopios, por la cantidad de personas que éramos, nos subíamos a unas escaleritas para poder ver por la lente, apreciamos: la Cruz del Sur, Alfa y Beta, la Constelación de Géminis, Orión, Can Mayor y Sirius que se encuentra a la una distancia de 8.5 años luz. Además de ver unas tres o cuatro estrellas fugaces.
Es una vivencia que recomiendo a toda persona que pueda hacerla. Es emocionante, la verdad es que se me "erizó la piel", es conmovedor y realmente nos hace recordar el gran país que tenemos, por lo menos a mí logró emocionarme.

Lo único que recomiendo es hospedarse en las cercanías, puede ser en: Tamberías, Barreal o Calingasta, ya que la vuelta la emprendimos a las 23.45hs por un camino de ripio para nada transitado y sin señal de celular. En un momento se me hizo largo el trayecto, nos encomendé a Dios de que no nos pasara ningún imprevisto y que llegáramos bien a destino.

Les dejo varias fotos para que vean parte de esa inmensa belleza de nuestro país.  


 


































































Espero que les haya gustado este viaje "virtual" en tiempos en los que se podía viajar!

Que se encuentren todos bien de salud y que pronto volvamos al ritmo cotidiano.
Cariños.
Vero.

PD: Sin querer, porque pensé que no lo iba a registrar o que estaría trabajando, pero ese día  (2 de julio de 2019) salimos 10 minutos antes de la escuela y pude ver el eclipse total de Sol. Iba desde Rosario a Roldán, de este a oeste, por la autopista y lo ví de frente!...Ahí recordé lo que nos dijeron 2 meses atrás en la visita guiada!
Casualidades o causalidades, según se crea.
 



Veronica Godoy. Todos los derechos reservados. © Maira Gall.